Cátedra
Popular Derechos en Clave Humana.
Implicamos la ley del embudo de Neruda y la
contaminamos...
Ellos se declararon patriotas.
(y
nos llamaron extranjeros)
En
los clubs se condecoraron
(y
arreglaron los estatutos)
y
fueron escribiendo la historia.
(con
nuestra sangre)
Los
Parlamentos se llenaron
de
pompa, se repartieron
después
la tierra, la ley,
las
mejores calles, el aire,
la
Universidad, los zapatos.
(y
la policía los cuida de nosotros)
Su
extraordinaria iniciativa
fue
el Estado erigido en esa
forma,
la rígida impostura.
Lo
debatieron, como siempre,
con
solemnidad y banquetes,
primero
en círculos agrícolas,
con
militares y abogados.
(militares
de doble apellidos y abogados de la excelentísima y santísima
academia)
Y
al fin llevaron al Congreso
la
Ley suprema, la famosa,
la
respetada, la intocable
Ley
del Embudo.
Fue
aprobada.
Para
el rico la buena mesa.
La
basura para los pobres.
El
dinero para los ricos.
Para
los pobres el trabajo.
Para
los ricos la casa grande.
El
tugurio para los pobres.
El
fuero para el gran ladrón.
La
cárcel al que roba un pan.
París,
París para los señoritos.
El
pobre a la mina, al desierto.
El
señor Rodríguez de la Crota
habló
en el Senado con voz
meliflua
y elegante.
“Esta
ley, al fin, establece
la
jerarquía obligatoria
y
sobre todo los principios
de
la cristiandad”.
Estallaron
los aplausos
de
los bancos aristocráticos:
qué
elocuencia, qué espiritual,
qué
filósofo, qué lumbrera!
Y
corrió cada uno a llenarse
los
bolsillos en su negocio,
uno
acaparando la leche
otro
estafando en el alambre,
otro
robando en el azúcar
y
todos llamándose a voces
patriotas,
con el monopolio
del
patriotismo, consultado
también
en la Ley del Embudo.
Y
entonces los nadies fueron declarados nadies,
y
los que en un principio se oponían fueron cooptados por el sistema
del que tanto renegaron,
hasta
que vieron en sus bolsillos el mes asegurado.
Y
empezaron a a tornar consensuadas las luchas del pueblo,
y
nos vinieron a hablar de violencia institucional y que los violentos
eran los que entraban en conflicto con la ley,
ya
no hablaban de represión porque la prebenda les compró las frases..
que ahora cualquiera las pone, pero la verdad la ponen los que luchan
por los derechos...
Así
las cosas, sostienen ahora la ley del embudo,
maquillada
con discursos progresistas, formalismos y abstracciones y nos
ficcionan la realidad...
y
nosotros venimos apoyando la nariz contra el vidrio de la botella
embudada para romperla con una Cátedra Popular Derechos en Clave
Humana para hacer un ejercicio sin cobardías y preñarla de
contextos, sacarle la careta de neutrales y pasivos a los derechos.
Importa
el ejercicio la de parir un espacio de formación, debate e
implementación de herramientas para poner en discusión temas
vedados y reservados a “expertos”,
para
poner el acento en seres libres y apropiados de sí, para poner la
impronta en sujetos ausentes en los discursos del orden y del poder,
para
arrancarnos de quienes nos sujetan, nos tutelan y objetivan...
objetividad
que siempre actúa en contra de los oprimidos como Fanon dice en “los
condenados de la tierra”.
Por
eso desde la cátedra hemos abandonado toda pretensión de pureza
intelectual para mundanizar,
no
haremos cierres epistemológicos porque siempre tienden a separar del
contexto que intentamos contaminar con un pensamiento de combate que
intente jetear tanto a quienes contemplan las injusticias como los
que la producen y reproducen...
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